Características de la piel sensible y cómo cuidarla
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¿Tienes piel sensible?

La sensibilidad de la piel puede ser producto de muchos factores que afectan, tanto internos como externos, y es importante que los conozcamos y detectemos para saber la manera más adecuada de tratar y mejorar esta condición. Desde factores medioambientales hasta cambios hormonales, pueden ser algunas de las causas o detonadores de una piel sensible.

Este resultado es impredecible, ya que puede aparecer en cualquier momento de la vida de una persona y en cualquier lugar del cuerpo y, aunque no tiene una cura definitiva, lograr entender las causas y los posibles tratamientos nos puede ayudar a convivir mejor con esta condición.

¿Cómo saber si tengo piel sensible?

Una piel sana se caracteriza por su flexibilidad y elasticidad gracias a la protección que ejerce nuestra capa protectora externa de la epidermis (capa más externa de nuestra piel), evitando principalmente la pérdida excesiva de agua. También, se caracteriza por tener un pH ligeramente ácido cumpliendo la función de protección frente a factores agresivos como bacterias, contaminación, etc.

Síntomas de la piel sensible
La piel sensible puede mostrar algunas características físicas, pero también algunos síntomas que nos ayudan a detectar esta condición. Conoce aquí los beneficios de nuestros exfoliantes.

¿Cómo saber cuales son los síntomas de una piel sensible?

La piel sensible puede mostrar algunas características físicas, pero también algunos síntomas que nos ayudan a detectar esta condición.

Algunas características físicas pueden ser el enrojecimiento de zonas específicas, la hinchazón y/o la descamación y pueden generarse alguno síntomas como picazón, ardor o piel tirante. Las zonas más propensas para estos síntomas suelen ser los dorsos de las manos, cuero cabelludo, frente de la cara y zona íntima.

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Por otro lado, hay que saber que no todas las manifestaciones de esos síntomas son razón para decir que tenemos piel sensible. Por ejemplo, que tu piel luzca deshidratada, puede ser que ha perdido más agua de lo normal pero aún puede ser una piel muy sana, y en este caso debes recurrir a productos que te hidraten en mayor medida e igualmente beber mucha agua.

Otro ejemplo puede ser el de las alergias solares, que pueden ser causadas por la radiación UV en tu piel y debes tener mucho cuidado con el tipo de protector solar que usas.

Causas internas y externas que afectan la piel.

Internas:

  • Etapa de lactancia y edad avanzada: La piel es más delgada y la función de protección o barrera es menos eficiente. Durante el embarazo se presentan estrías en diferentes zonas del cuerpo que pueden enrojecer la piel y generar algo de dolor.

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  • Cambios hormonales, especialmente en mujeres: Ciclo menstrual, menopausia, pubertad y embarazo.
    Piel sensible durante el embarazo
    Durante el embarazo, la piel es más delgada y por lo tanto más susceptible a ser una piel sensible.

Externas:

  • Clima o aire frío y baja humedad: hace que nuestro cuerpo internamente deba mantener el calor generando contracción de vasos sanguíneos y llevando menos humedad a nuestra piel.
  • Clima y temperaturas muy elevadas: hacen que el sudor sea en exceso y se nos reseque la piel.
  • Los famosos radicales libres: debilitan las defensas de nuestra piel, permitiendo que sea más fácil el ataque de contaminantes, rayos UV, entre otros factores.
  • Jabones y detergentes: Desequilibran el pH de nuestra piel, interrumpiendo la actividad protectora.

Adicionalmente a esto, hay algunas actividades dentro de nuestras rutinas que es importante mencionar para que, en caso de estar realizando alguna, la evitemos si tenemos piel sensible o somos propensos a tenerla.

5 hábitos comunes que afectan nuestra piel

Estos son los 5 hábitos más comunes que hacemos pensando que son ¨normales¨, y que no sabemos que pueden estar afectando la sensibilidad de nuestra piel.

1. Ignoramos los ingredientes de los productos que usamos en nuestras rutina de cuidado de piel y de belleza

En la mayoría de los casos compramos este tipo de productos bien sea porque están de moda, la fragancia es irresistible, o sólo su apariencia nos enamora, y no nos percatamos de leer los ingredientes que contiene o nos da pereza solo leer tantos nombres raros y términos científicos.

Yo siempre les digo que así como nos hemos vuelto exigentes en los productos que compramos para nuestra alimentación y aprendimos a leer las etiquetas, es indispensable hacerlo con el alimento que damos a nuestra piel.

En un próximo artículo voy a profundizar en este tema pero por hora es importante que nos empecemos a familiarizar con este hábito ya que es muy importante para saber los ingredientes que contiene el cosmético que tenemos entre las manos, si es hipoalergénico, si contiene parabenos (conservantes) o si está elaborado con cosmética natural, etc.

2. Bañarnos con agua caliente

No podemos negar que un baño con agua caliente es espectacular y mucho más lo es después de un día ajetreado; sin embargo estamos ocasionando daños inmediatos y a largo plazo en nuestra piel si no sabemos medir la temperatura. (Tº ideal 25-30º).

Algunos de los daños que podemos estar causando con los baños de agua caliente frecuentes o diarios son:

  • Irritación, inflamación o enrojecimiento de la piel: causados por apertura de nuestros poros.
  • Aparición de várices: Los vasos sanguíneos se dilatan y las piernas se hinchan.
  • Aceleramos el proceso de envejecimiento: perdemos elasticidad y firmeza, brillo y naturalidad.

3. ¡Demasiada exfoliación! Ojo

Tenemos claro que incluir la exfoliación como un hábito en nuestras rutinas de limpieza y cuidado de piel es CLAVE!, pero también es importante saber que no podemos abusar de ella y debemos usar este proceso de forma adecuada.

Todos tenemos una barrera cutánea que se rompe si abusamos del proceso de exfoliación, bien sea en la frecuencia o en la presión que ejercemos a la hora de hacer el masaje y nos puede generar alergias, enrojecimiento o picor. Por eso hay que tener presente que la exfoliación es EXCELENTE si se hace máximo dos veces por semana en el cuerpo y cada 15 días en la cara.

4. Molestarnos los granitos de acné o brotes

Yo sé que tod@s quisiéramos tener una piel sin ningún tipo de afección, pero hay condiciones genéticas, ambientales y hormonales que hacen que esto sea difícil y es cuando debemos conocer bien qué nos sirve y qué hacer y no hacer al respecto.

3 razones para no estallar los granitos del acné

  • Corremos el riesgo que la infección del poro se propague a otras zonas de la piel o empujar las bacterias hacia una capa más profunda.
  • Sólo conseguiremos tener una zona de la piel más irritada e inflamada haciendo que la liberación o eliminación del poro obstruido sea más lenta.
  • Podemos dejar heridas que nos quedan como cicatrices.

5. No desmaquillarnos

Quien no haya dejado pasar una noche sin desmaquillarse que tire la primera piedra.

Es común que por el cansancio, la pereza o malos hábitos queramos saltarnos este paso indispensable para tener una piel sana.

Para quienes no saben, en las noches es cuando se produce la regeneración celular y para eso debemos buscar mantener la piel libre y limpia de impurezas, de lo contrario estaremos ayudando al envejecimiento prematuro, obstrucción de poros y una apariencia opaca de nuestra piel.

Creo que no es algo que les digo por primera vez, y no será la última que lo haga!; así que les recomiendo empezar a hacer de esta rutina un hábito y más adelante se lo agradecerán ustedes mismas!

xo,

Paume

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